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Copyright Francisco José Del Río Sánchez 2008

martes, 17 de septiembre de 2013

El secreto de la flor de oro

Acabo de terminar el libro: "El secreto de la flor de oro" de C. G. Jung y R. Wilhelm, basado en un texto esotérico chino (taoista) del mismo nombre.

Un iluminador libro donde unen sus esfuerzos Jung, uno de los padres de la psicología moderna e inspirador de la psicología transpersonal, y Wilhelm, eminente sinólogo y autor de la mejor traducción hasta el momento del I Ching. El secreto de la flor de oro, nos abre las puertas al conocimiento de nuestro interior, al contacto con esa llama de luz divina que todos llevamos dentro, la flor de oro y nos ofrece un metodo para hacerla florecer e irradiar su luz a nuestro alrededor, llenando de plenitud nuestra vida.

No es tarea facil pero tampoco herculea, sólo requiere de constancia, amplitud de miras y sentido común para adentrarnos en las procelosas aguas de nuestro inconsciente. Cómo muy bien dice Jung no hay nada más desestabilizador que un contenido inconsciente desvelado sin estar preparados para asimilarlo. El método que nos ofrece la flor de oro, es la contemplación (meditación), es decir dejar pasar tanto nuestros pensamientos, como cualquier otro contenido que surja en nuestra mente, ya sea consciente o incosciente, incluyendo las fantasias y las experiencias esotéricas, como forma de liberar la energía del espíritu para que está pueda materializarse en nuestra existencia.


Me ha resultado muy enriquecedor, me ha revelado errores cometidos y me ha ratificado en aciertos experimentados. Si bien la luz, la flor de oro, es la misma que enseño en mis ejercicos para que aprendáis a conectar con ella, me reafirma en la necesidad de un adecuado proceso de sanación integral de cuerpo, mente y espíritu para que ese contacto con nuestra luz interior fructifique en un real florecimiento de nuestra flor de oro y no termine en un vuelo de Ícaro.

Cuando transcendemos el mundo de las formas, no sólo a nivel consciente sino también a nivel incosciente, descubrimos para nuestra sorpresa que todo es luz... nada más que eso. 





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